PATRICIO ROBLES GIL
RITUALES DE LA EXTINCIÓN
Hay artistas que parten a la búsqueda del grito. De la forma y el lenguaje que su grito puede tener. Y en el camino van haciendo de cada uno de sus pasos una meta, un hallazgo, una obra.
Pero lo que se impone previamente a la obra es la sincera necesidad del grito. El salto al abismo que va del dolor a la conciencia. Y que hace del salto un gesto más expresivo que cualquier salto en el que se va la vida y del grito una verdad más radical y desgarrada que cualquier grito.
La expedición vital emprendida por Patricio Robles Gil a lo largo de varias décadas nos ha llevado a aumentar radicalmente nuestra sensibilidad a la diversidad de la vida sobre el planeta y el acoso a la que es sometida. Nos ha movido y conmovido su experiencia de mirar al animal y a la naturaleza en general como eso que está más allá de nosotros, que nos trasciende. Vivir el excepcional avistamiento de un jaguar, por ejemplo, como una aparición. Mirar así y fotografiar es ritual.
Ese viaje ritual hacia lo mejor del mundo se enfrenta una y otra vez a la crueldad organizada, a la destrucción sistemática de la diversidad. Y más allá de las monedas en que es convertida la destrucción, Patricio mira a fondo y logra atisbar la implacable crueldad de la especie humana, lo peor del mundo.
Patricio Robles Gil emprendió entonces una travesía paralela en la selva peculiar del arte mundial "avistando" una rica diversidad de lenguajes de artistas excepcionales y al hacerlos suyos fue aprendiendo a expresar en cada uno de ellos su grito necesario, el desgarramiento, el dolor. Cada obra suya es un ritual expresivo, su diversidad es en sí misma un concierto de rituales que enfocan y capturan ahora rituales devastadores, los tremendos rituales de la extinción.
Alberto Ruy Sánchez